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George y Sheri Braun de La granja de olivos en Salt Spring Island, Columbia Británica han producido con éxito el primer 100 por ciento canadiense extra virgin aceite de oliva de su cosecha 2016. El viaje no ha sido fácil.
A veces es difícil ser un olivarero canadiense.
Entre la isla de Vancouver y el continente de Columbia Británica, Salt Spring Island, la más grande de las islas del sur del Golfo, alberga un microclima único en su fértil valle de Fulford. Con los veranos cálidos y los inviernos suaves de la zona, podría describirse como un clima mediterráneo templado. Sin embargo, eso puede ser exagerado, admite George.
George y Sheri Braun
Aquí en este valle, después de cuatro años y medio de búsqueda, George y Sheri decidieron establecerse y perseguir su sueño de poseer una granja de olivos. Con 73 acres, alrededor de 2,500 olivos productores y su propio molino de olivos, el sueño se ha convertido en realidad.
Nada fue fácil para esta pareja pionera. "Todos con los que hablamos colgaron el teléfono o se rieron y dijeron: '¡No puedes hacerlo allí!'", Admitió George. Le resultó difícil encontrar a alguien que incluso respondiera a sus correos electrónicos sobre la compra de olivos y llevarlos a Canadá.
Logró comprar varias variedades toscanas de California y las envió a Canadá con raíces desnudas para que se les permita cruzar la frontera. Esta experiencia traumática para las plántulas aseguró que su transición al Gran Norte Blanco no sería fácil.
George y Sheri Braun de La granja de olivos en Salt Spring Island, Columbia Británica han producido con éxito el primer 100 por ciento canadiense extra virgin aceite de oliva de su cosecha 2016. El viaje no ha sido fácil.
A veces es difícil ser un olivarero canadiense.
Entre la isla de Vancouver y el continente de Columbia Británica, Salt Spring Island, la más grande de las islas del sur del Golfo, alberga un microclima único en su fértil valle de Fulford. Con los veranos cálidos y los inviernos suaves de la zona, podría describirse como un clima mediterráneo templado. Sin embargo, eso puede ser exagerado, admite George.
George y Sheri Braun
Aquí en este valle, después de cuatro años y medio de búsqueda, George y Sheri decidieron establecerse y perseguir su sueño de poseer una granja de olivos. Con 73 acres, alrededor de 2,500 olivos productores y su propio molino de olivos, el sueño se ha convertido en realidad.
Nada fue fácil para esta pareja pionera. "Todos con los que hablamos colgaron el teléfono o se rieron y dijeron: '¡No puedes hacerlo allí!'", Admitió George. Le resultó difícil encontrar a alguien que incluso respondiera a sus correos electrónicos sobre la compra de olivos y llevarlos a Canadá.
Logró comprar varias variedades toscanas de California y las envió a Canadá con raíces desnudas para que se les permita cruzar la frontera. Esta experiencia traumática para las plántulas aseguró que su transición al Gran Norte Blanco no sería fácil.
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